Han pasado muchas cosas desde que la correa de distribución de Verbena, mi queridísima Triumph Sprint ST 1050 de 2006, decidiera romperse en febrero durante una de mis rutas domingueras.
Después de una cruzada de casi seis meses buscando otra sport tourer que me dijera al oído “llévame a casa”, me he dado por vencida y he acabado comprando una Triumph Tiger Explorer de 2012 por probar algo diferente.

Es bonita, sí. Luce agresiva y elegante a la vez pero, honestamente, es un pelín aburrida teniendo en cuenta mi estilo de conducción. Esta moto me está dando demasiados sustos tanto por grava como por asfalto, especialmente en carreteras de montaña con curvas comprometidas.
He perdido la cuenta de los patinazos que llevo por sobrepasar el límite del flanco de la rueda trasera, una 150/70, así que he llegado a la conclusión de que esta moto no está hecha para mí. Echo muchísimo de menos el componente deportivo.
La desesperación no es buena consejera a la hora de comprar una moto, así que acabé comprando otra Sprint ST 1050, modelo de 2008, con la que tuve el accidente en junio. No os podéis imaginar lo enfadada que estaba.

Parecía que el Universo no quería que volviese a rodar con una Sprint.
Pero todo cambió cuando recibí una llamada de Joe, gran amigo y mecánico jefe de JMC Motorcycles: «Mar, hemos encontrado un motor para Verbena». Por fin, después de seis meses esperando, Verbena iba a recibir su trasplante de corazón.
«Mar, puedes comprar otra moto por el mismo precio». Esta es la discusión que tenía todos los días conmigo misma. Pero no quería otra moto y la emoción volver a rodar con Verbena era más intensa que nunca.


Verbena ha estado conmigo desde que me mudé a Australia. No sabéis la ilusión que me hizo traerla a casa con mis primeros ahorros en dólares australianos, especialmente después de tener que cesar la actividad de Raceart.xyz debido a la pandemia.
Verbena ha sido mi terapia cuando las cosas han ido realmente mal y no pensaba deshacerme de ella.

Ahora tiene corazón nuevo y ronronea como un gatito feliz. Tengo muchísimas ganas de salir a rodar con ella, así que me estoy tomando muy en serio la recuperación de mi rodilla para volver a hacer las tres cosas que más me gustan en esta vida: rodar, rodar y rodar.