Hace dos años, volviendo a casa de trabajar, encontré una Kawasaki KLX250S de 2007 con síntomas de haber estado parada durante mucho tiempo. Estaba en medio de una propiedad privada, a la intemperie y desprotegida de las inclemencias meteorológicas.
La batería funcionaba y el motor sonaba de maravilla. El propietario me dijo que nunca había tenido una avería gorda, así que después de proponerle una oferta compartir una conversación muy agradable, me la llevé a casa.

