Han pasado muchas cosas desde que la correa de distribución de Verbena, mi queridísima Triumph Sprint ST 1050 de 2006, decidiera romperse en febrero durante una de mis rutas domingueras.
Después de una cruzada de casi seis meses buscando otra sport tourer que me dijera al oído “llévame a casa”, me he dado por vencida y he acabado comprando una Triumph Tiger Explorer de 2012 por probar algo diferente.
